martes, 25 de agosto de 2015

Crítica a Flores en la tormenta de Laura Kinsale

Sinopsis: Él era uno de los hombres más brillantes y seductores de la alta sociedad inglesa hasta que la tragedia le condenó a un mundo de silencio y locura; ella, un alma sencilla y generosa que creía en el poder de la redención. Y esta es una de las novelas de amor más hermosas y originales que se hayan escrito.

Desde que fue publicada en Estados Unidos, Flores en la tormenta se ha convertido en una de las historias románticas más elogiadas por crítica y público. Es uno de esos libros que, por la intensidad y la belleza con que logra transmitir los sentimientos, despierta la admiración de las mejores autoras del género. Pero, aún más importante, es una de esas novelas que las lectoras no se cansan de recomendar y que año tras año votan entre sus preferidas... porque para ellas Flores en la tormenta es, realmente, un título indispensable y una joya dentro del género.

Si queréis saber algo más acerca de la autora os dejamos aquí un enlace para conocer todos sus libros y trayectoria literaria. Laura Kinsale. (La página está en inglés)

Comentario
Aunque el comentario que aparezca detrás de nuestro libro parezca demasiado apabullante no miente ni un ápice en lo que dice, ya que es un libro que te impacta desde el primer capítulo y te engancha hasta quedarte dormido.

La acción transcurre en la Inglaterra de 1820, donde sus protagonistas son dos personajes opuestos, Christian, un aristócrata libertino, y Maddy, una joven cuáquera, que por accidente del destino, asistirá al joven en su desgracia.

El libro muestra una historia de amor preciosa e increíble, pues harán frente a todo tipo de obstáculos y se enamorarán en el lugar menos esperado. Christian os enamorará desde el principio y producirá una enorme transformación psicológica. Mientras que Maddy, en mi opinión, es la típica protagonista que muestra el "quiero y no puedo", es decir, realiza cualquier acto de amor como es un beso y al segundo ya le está echando la culpa al otro... Pero, claro, yo odio ese tipo de personajes. Además, en cierto modo esa personalidad viene justificada por su educación como cuáquera (individuo perteneciente a una secta religiosa protestante fundada en Inglaterra en 1648, que carece de culto y jerarquía eclesiástica y defiende la sencillez, el igualitarismo y la honradez). Pero gracias al duque de Jervaulx (Christian) dejará atrás esa posición de amargada, estricta, dejada llevar siempre por lo que Dios le ha deparado.

Un personaje que no es muy relevante en la historia pero que a mi me gustó mucho fue el padre de Maddy, el señor Timms. Matemático que quedó ciego, presentó a su hija al duque y que demuestra que prefiere la felicidad de su hija mucho antes que las normas de la Sociedad de Amigos. 

Por lo tanto, es un libro que recomiendo muchísimo, pues no encontraremos un "príncipe azul" que se recuperará de su desgracia por la gracia del amor, ni una historia irreal, ya que todo se encuentra en el marco de la época y de las diferentes educaciones de ambos. También, es fácil de leer pues, a excepción de algunas palabras, no hay un vocabulario difícil ni la lectura es lenta.

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